Pyjamas all day long
¿El gato se ha vuelto a acostar encima del teclado? Detalles simpáticos que no molestan, sino todo lo contrario... Porque una oficina doméstica suele tener un ambiente relajado. Y eso es ideal para un trabajo concentrado y productivo. ¿Puede hacerse aún más acogedora? Sí, con una mezcla de iluminación directa e indirecta que convertirá rápidamente su despacho en un lugar de refugio muy personal. Eso se logra sobre todo con una combinación de lámparas de pie, techo y escritorio que proporcionan un ambiente relajado y ofrecen una óptima luz de trabajo.
5 consejos para la iluminación de su oficina doméstica
Convierta su oficina doméstica en un lugar de refugio personal
Ni directa ni indirecta, sino todo lo contrario
La regla más importante a tener en cuenta en una oficina doméstica es dotarla de una iluminación general homogénea y exenta de deslumbramiento. A menudo, el uso de distintas fuentes luminosas puede causar sombras excesivas y generar contrastes marcados.
La luz apropiada
Está claro que el lugar de trabajo debe dotarse de algo más de luz que el comedor en una cena romántica. La luz de trabajo óptima se obtiene con una iluminancia aproximada de 500 lux, aunque ese valor puede ser algo más bajo dependiendo de la actividad. Como en nuestro puesto de trabajo queremos sentirnos a gusto, una luz ambiental cálida es tan importante como una buena luz de tarea. Mientras que en las oficinas de las empresas suele utilizarse un tono de luz de 4000 K, para una oficina doméstica es ideal un valor de 3000 K.
Trabajo en equipo ante todo
En la oficina doméstica tampoco conviene renunciar al trabajo en equipo. Lo mejor es, por tanto, combinar distintos tipos de luminarias. En el escritorio conviene utilizar lámparas de mesa orientables como ROOMOR TABLE 2.0, dotadas de regulación de altura y ángulo de inclinación. Como iluminación general lo mejor es apostar por lámparas de pie o colgantes.
Atractiva y funcional
«Iluminación de oficina» es un término que suena bastante frío. Pero no tiene por qué ser así, ya que en un despacho privado es posible crear un ambiente acogedor rápidamente utilizando una mezcla de lámparas funcionales y decorativas.
Deja que entre el sol
El mejor espacio de trabajo está cerca de una ventana. Porque ni siquiera las mejores lámparas pueden competir con las ventajas de la luz natural. Consejo: coloque el escritorio siempre en una posición oblicua con respecto a los rayos del sol.
Lunch? Give me a second.
DE LA REUNIÓN AL PLATO DE ESPAGUETIS EN TIEMPO RÉCORD.
Convertir la mesa del comedor en escritorio tiene una clara ventaja: podemos no tardar ni un segundo en ponernos a almorzar tras asistir a una reunión online. Parece el espacio de trabajo perfecto. Aunque es necesario prestar una especial atención a la calidad visual, ya que una mala iluminación puede irritar los ojos rápidamente. Lo mejor es utilizar lámparas led con Colour Warm Dimming, que ajustan la intensidad luminosa y la temperatura de color gradualmente a las necesidades de iluminación específicas. El tono de luz ideal en estos casos se obtiene con una temperatura de color de unos 3000 K, que durante el día nos mantiene despiertos y agudiza la concentración. Por la tarde-noche, el simple giro de un selector nos permite cambiar a un ambiente de poca luz cálido y acogedor. Suena bien, ¿verdad? Elija ahora la lámpara que prefiera, añada un atenuador de corte de fase y tendrá todo lo que necesita para gozar de la mejor luz. Buenas noticias para los amantes de la simplicidad: prácticamente todas nuestras lámparas pueden utilizarse con atenuación.
Las preguntas más importantes sobre la iluminación en una oficina doméstica
Trabajar de manera concentrada durante muchas horas puede ser agotador, sobre todo para los ojos. Y aún más si estos deben cambiar constantemente entre zonas luminosas y zonas oscuras, lo que no tarda en provocar dolores de cabeza, algo que en nuestra oficina doméstica nos interesa evitar en lo posible. Por eso debemos prevenir los fuertes contrastes luminosos. La mejor solución para ello es ubicar el despacho en una habitación luminosa en la que incida abundante luz natural, y posicionar el escritorio en paralelo con respecto a la ventana. Esto prácticamente nos garantiza que podremos trabajar de forma relajada. Para dar un toque aún más acogedor a nuestra oficina doméstica, una posibilidad es pintarla con colores claros y agradables. En el ámbito de la iluminación se aconseja utilizar una mezcla equilibrada de luz natural e iluminación artificial, compuesta de fuentes de luz directas e indirectas.
Las compañeras perfectas para la oficina doméstica son, sobre todo, las lámparas de techo, ya que estas proporcionan una luz general homogénea y crean al mismo tiempo una atmósfera de trabajo muy relajada. En el escritorio se recomienda colocar una lámpara orientable como ROOMOR TABLE 2.0, cuya altura y ángulo de inclinación pueden regularse a placer. Un detalle importante es no utilizar nunca las lámparas de escritorio como única fuente de luz, sino combinarlas siempre con lámparas indirectas. La mejor opción: lámparas de mesa decorativas como DRO FLOOR 3.0, que crean rápidamente un ambiente agradable incluyo en despachos pequeños. Son también la alternativa perfecta para quienes no quieran o no puedan utilizar lámparas de techo en su oficina doméstica.
La luz nos hace ser más productivos. Nuestro reloj interno se regula en base a la alternancia diurna de luz y oscuridad, y hace que en las horas matinales estemos más despiertos que por la tarde. Las hormonas responsables de esto son la serotonina y el cortisol, que durante el día nos aportan la dosis de energía que necesitamos. Su adversaria, la melatonina, hace que por la tarde-noche empecemos a pensar más en la cama que en el trabajo. En el despacho se recomienda contar con una iluminancia de 300 a 500 lux, en función de la actividad. Conviene tener en cuenta que los jóvenes necesitan menos luz que las personas de mayor edad, ya que la capacidad visual disminuye con el paso del tiempo. Si usted necesita gafas, le recomendamos que elija una iluminación de mayor intensidad luminosa. Pero cuidado: una luz excesiva puede causar deslumbramiento; por eso, en la oficina doméstica recomendamos el uso de lámparas con un índice UGR (Unified Glare Rating, índice de deslumbramiento unificado) inferior a 19.
En un espacio luminoso y acogedor es donde nos sentimos más a gusto. Esto también es así en una oficina doméstica, cuyo tono de iluminación óptimo debe adaptarse a los cambios de la luz natural diurna, ya que nuestro biorritmo se ha adaptado a ella con exactitud en el curso de la evolución humana. Es por eso que durante el día, cuando el tono de luz es más claro, nos sentimos mucho más activos que al caer la tarde. Un detalle poco conocido es que cuanto mayor proporción de color azul tiene una fuente de luz, más productivos nos hace ser. Esto ocurre porque la luz azulada activa la liberación de cortisol, lo que hace que hasta al más vago le entren ganas de trabajar. Por la tarde-noche, cuanto el tono de luz se oscurece, ocurre todo lo contrario. La melatonina hace que nos sintamos cansados y que poco a poco nos entren ganas de acostarnos. De esto podemos deducir que, en oficinas profesionales en las que el trabajo concentrado es lo más importante, lo mejor es utilizar lámparas con una temperatura de color de 4000 K. En cambio, en las oficinas domésticas, que además deben ser un lugar de refugio privado, bastará con una temperatura de color de 3000 K.
«¡Vaya deslumbrón!». Esperamos que no tenga que oír nunca algo así aplicado a la iluminación de su oficina doméstica. Porque los elementos reflectantes o deslumbrantes no solo afectan negativamente a la concentración, sino también a la salud. Por tanto, al posicionar los muebles y las lámparas, piense en las posibles molestias que estos puedan producir, o recurra a luminarias que reduzcan el deslumbramiento con pantallas o difusores opales. Pero ¿cómo se producen los deslumbramientos? La causa más frecuente es la existencia de zonas de gran intensidad luminosa dirigidas directamente al campo visual de nuestro espacio de trabajo. Si el entorno tiene una iluminación comparativamente más débil, nuestra capacidad visual se verá afectada, así como nuestro estado de ánimo, provocando que nos sintamos estresados y fatigados rápidamente. Si el deslumbramiento es causado por el sol o por una mala ubicación de las lámparas, se denomina «deslumbramiento directo». En cambio, los «deslumbramientos por reflexión» se producen cuando la luz incide sobre una mesa o una superficie lisa y reflectante, como la pantalla de un ordenador. Es indispensable evitar ambos tipos de deslumbramiento en nuestra oficina doméstica.